domingo, 14 de febrero de 2010

EL DIOS QUE ME VE!

Agar la sierva egipcia de Sarai, estaba viviendo una gran angustia cuando tuvo un maravilloso encuentro con Jehová.

Génesis 16:7 Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur. 8 Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora. 9 Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano. 10 Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. 11 Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. 12 Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará. 13 Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?


Todo en el Señor es sorprendente!  Agar no estaba buscando a Dios, Pero Dios SÍ estaba buscando a Agar! (Vs.7).
Dos maravillosas preguntas ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas?
Un consejo sabio: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano.
Tomemos por un momento el lugar de Agar: De dónde venimos, para donde vamos; Luego de meditar... volvamos a ese lugar y seamos sumisos…huir no resuelve el problema!


Para Dios, Agar no era una sierva, era "Agar" un persona necesitada de Dios; El la llama por nombre y le da una promesa "...Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud...(vs.10)
Humillación = Bendición.
El ve, cuando nadie más se preocupa por mirar, El vé más allá de la sonrisa que inventamos cuando nos sentimos morir por dentro, El vé nuestro dolor cuando nos maltratan, cuando lloramos porque no nos sentimos amados. El ve detrás de nuestro pecado, cuán profunda es nuestra necesidad. El nos ve cuando estamos escondidos. El nos ve cuando continuamos sembrando la semilla de su Palabra en medio de nuestro dolor!